SIN TÍTULO I

 
En la Región Metropolitana habitan aproximadamente 6.7 millones de personas. Por cada 32 individuos existe un perro vagabundo, lo que se traduce en 214.000 animales que han hecho de la calle su hábitat.

La obra transcurre en el cemento del espacio público entre las 11.00 AM y las 15.00 PM. En ella intervienen perros vagabundos durmiendo y la artista, además de sujetos y objetos accidentales y transitorios.

El cemento del espacio público está pensado para un uso vertical por parte de la mayoría de sus habitantes, los humanos, en función de quienes la ciudad se ha construido y crece.

El uso horizontal –la horizontalidad– de la ciudad, exceptuando parques y áreas verdes, es dado por los “sin lugar”, los “sin casa”, quienes la habitan de manera diferente. Entre ellos, los perros vagabundos. Éstos, a las horas en que ocurre el registro, evidencian la existencia de ese espacio, disponiendo de su horizontalidad e indicándolo como habitable.

Los perros vagabundos referencian esta obra. En relación a ellos se construyen las imágenes. La artista en ese sentido utiliza un espacio al que ya se le ha dado un uso. Ejerce la horizontalidad tal como la hace un perro vagabundo, siguiendo su línea y disposición, en un intento por asimilar su reposo, su tranquilidad, su des-entendimiento.

Entonces, el deambular da paso al reposo. Es la corporalidad desistiendo de la verticalidad y entregándose completamente a la gravedad. Al mismo tiempo, es la corporalidad resistiendo la civilidad, el orden. Se ejerce una resistencia política al momento en que es la propia artista –usuaria corriente del espacio vertical– la que se dispone a hacer propia la horizontalidad desde su civilidad. Es un acto excepcional, no cotidiano y representa, en cierta medida, una fisura premeditada al orden que se espera. Son corrientemente la vigilia y el movimiento las variables que definen el uso del espacio público de cemento. El cemento de la ciudad obliga a un estado de alerta: caminar sin chocar, atención a la señalética –semáforos, pasos de cebra– cumplir un horario de llegada, no tropezarse. Al desprenderse de su verticalidad, la artista elige despojarse de estas alertas. Se refugia en este espacio horizontal y duerme, al igual que el perro, deponiendo la urgencia, haciéndose invisible a los deberes de la verticalidad.

Alberto Arellano y Bárbara Pinto.













ESCRITO SOBRE SIN TÍTULO I

Sin Título de Bárbara Pinto
Por Adeline Maxwell
FICHA ARTÍSTICA SIN TÍTULO I

Título: Sin título I
Técnica:
Fotografía 
Dimensiones:
32 fotografías, cada una de 60 x 40 cm.
Fecha de realización:
2011 
Fotografías:
Macarena Silva y Paulina Vielma